martes, 6 de enero de 2009

Despedida

Día 5 por la tarde…veo a la gente comprando los reyes de última hora, queda tiempo para que empiece la cabalgata que pasaba justo por delante de la tienda, mientras pienso “¿para que quiero ver yo la cabalgata? Además va a estar todo el mundo allí” y de pronto una bombilla se ilumino en mi cabeza y no, no me había dado contra una lámpara, si iba a estar todo el mundo entonces seguramente vería mucha gente conocida y con un poco de suerte me cruzaría con Snow o ella conmigo y así fue efectivamente vi mucha gente conocida, hasta de otros sitios pero ni rastro de Snow o por menos yo no escuche a nadie llamándome. No entiendo que estando las dos en un sitio tan pequeño y pasando todo el día en la calle no nos cruzamos pero en cambio me veia a cada 20 minutos a las tres misma chicas que ya me miraban en plan “¿otra vez?”.

Día 6: Me levante temprano y mire la maleta hecha en el suelo, solo faltaban un par de cosas. Hice lo que cualquier persona medianamente normal hace por las mañana y termine de hacer la maleta. Mire a la perra mirándome con cara de pena, la misma cara de pena que ponía cuando me veía comiendo para que le diera algo, la misma cara de pena que había puesto el día anterior mientras hacia la maleta, poniendo su cabeza en la cama, esa cara a la que no me podía resistir, ¿podría saber que me iba a ir? Yo creo que si…Me agache y la acaricie

-¿A quien el vas a pedir ahora comida? ¿Y quien te la va a dar?

Dicen que estaba mimando mucho a la perra, puede ser…Acaricie a los cachorros que ya habían abierto los ojos y empezaban a apoyarse en las patas, ellos eran mi única compañía. No le había dicho a nadie cuando me iba, solo lo sabían quienes lo tenían que saber y es que no me gustan las despedidas o mas bien fue porque corría el riesgo de que me dijeran algo, echarme a llorar y tengo una reputación que cuidar. Ya me habían soltado un par de piropos, que seguro tenia a mas de una persona “loquita”.

-Si levanto una piedra y salen 20.

Fue mi contestación, me dijeron que podría ser modelo, que lo que digo yo como no sea de nariz…que me iban a echar de menos, que no iba a ser lo mismo sin mi, que seria como si faltara algo al pasar por la tienda y no verme, que cuando sonrío se desbarata todo, mi simpatía, que me hago de querer, que soy buena gente….y es que no es para llorar? Así que preferí irme sin decir nada para que no dijeran nada más y me hicieran llorar.
Salí fuera de la casa y contemple el mar y parte del pueblo que se ve desde la casa, la tranquilidad que se respiraba y que por lo general se suele respirar. Por desgracia o por suerte se despertaron y fuimos juntos al aeropuerto, nos despedimos y me subí al avión esforzándome por no llorar. Me pase el vuelo inmersa en mis pensamientos o más bien pensando que cuanto los iba a extrañar a todos y en que me estaba pasando ¿me estaré volviendo sensible?

Algunos me han preguntado que porque no me quedo, otros dicen que si ya prefiero estar mas allí, que a los de mi tierra los tengo abandonado, que ya no me quieren por eso, que ya no los tengo en cuenta, mientras los de allí ya están pensando en cuando me iré a vivir para allí, hasta planearon en donde iba a vivir. Estoy entre dos aguas.

2 comentarios:

cris dijo...

Jo, yo siempre lloro en las despedidas... son lo peor. Nunca se me han dado bien.

Snow dijo...

Pues yo me esforcé en buscarte, pero que va, no te vi. Debe ser que los niños histéricos me distraían xD